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Dad gracias al Señor de todo corazón

José Antonio Sánchez Herrera.- “Te damos gracias Señor de todo corazón, te damos gracias Señor, cantamos para ti“ Salmo 138. Al ver la agenda escolar para este curso jubilar 2017-2018 con el lema: “Dad gracias al Señor porque es bueno” han volado por mi mente las notas y la letra de una canción de juventud y lejos de sentir nostalgia, he sentido una gran alegría y mi corazón se ha llenado de gozo y ha invadido mi ser una profunda gratitud. Celebrar cien años de la obra educativa de la Diócesis de Málaga en los colegios diocesanos, iniciada por el Santo obispo del Sagrario y del Seminario, Manuel González García y retomada años más tarde por el también obispo de Málaga el siervo de Dios Ángel Cardenal Herrera Oria y continuada por sus sucesores, hoy en la persona del obispo Jesús Catalá Ibáñez, es razón más que suficientes para dar gracias al Señor.

Al cumplirse 25 años de la Fundación Victoria – Colegios Diocesanos, heredera de la riquísima y variada obra educativa de la Iglesia de Málaga, hemos querido celebrar un curso jubilar dándole carácter extraordinario a lo que de ordinario hacemos cada día en nuestros centros educativos. El 1 de Noviembre de 1992 Solemnidad de todos los Santos, el entonces Administrador Apostólico de la Diócesis de Málaga, Monseñor Fernando Sebastián Aguilar, hoy Cardenal de la Santa Romana Iglesia, reunía las diferentes familias docentes en una única Fundación educativa regida por un Patronato. Los que con Don Fernando nos subimos en la barca de esa nueva aventura, no éramos conscientes del alcance que tendría tal decisión.

Después de 25 años de singladura comprobamos que el Espíritu Santo le iluminó y aunque en este tiempo la frágil barca de la de la Fundación ha tenido que soportar los embates de las olas de una sociedad en tempestad, la barca no se ha hundido, ha ido surcando y sigue surcando el agitado mar de la historia con la presencia en la misma del Señor y de su bendita madre Santa María de la Victoria.

Treinta colegios, más de setecientos trabajadores y casi ocho mil alumnos y muchísimas familias, barrios y pueblos de esta diócesis de han beneficiado y se benefician del “Educar en familia “que caracteriza a la Fundación. Agradecemos y rezamos por todos cuantos nos precedieron y con la ayuda del Señor queremos seguir escribiendo en el corazón de los niños y de los jóvenes palabras bellas, buenas y evangélicas, seguros en que el amor del Señor perdura por siempre y “Él no abandona la obra de sus manos“.