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¿Por qué un Colegio Diocesano?

Cristina Harras [@c_harras].- Estamos en el periodo de escolarización en el que muchas familias se acercan por primera vez a los colegios que han elegido. Pero ¿que buscamos cuando elegimos un colegio? Sin duda son muchos los factores que influyen; cercanía, amigos, tradición, buena fama, resultados académicos, valores, ideario. En definitiva, cierta garantía, de que la educación que van a recibir en casa, tengan continuidad en el colegio, donde en muchos casos van a pasar hasta ocho horas diarias, y además, que académicamente sea de cierto nivel y que la exigencia del colegio saque lo mejor de nuestro hijo.

En ello están, sin duda la mayoría de los colegios. Los colegios de ideario católico tienen además ese plus que es garantía para los creyentes y en el que también confían los más escépticos, el hecho de que los valores estén inspirados en el Evangelio.

Y entonces, dentro de esta amplia oferta, ¿por qué un Colegio Diocesano? Porque tenemos un proyecto pedagógico de excelencia con un equipo que investiga, valora y contrasta las distintas herramientas y metodologías que van saliendo, para llevarlas a las diversas realidades de nuestra provincia, atendidas en los distintos niveles educativos; EI, EP, ESO, FPB de restauración y bar, y bachillerato, con una atención especial a los alumnos de NEE, en nuestras aulas Específicas, PTVAL de jardinería y  a las NEAE en Apoyo a la Integración. Un proyecto pedagógico edificado sobre nuestro ideario diocesano, que no se entiende sin el apoyo de la familia para implementar la formación de nuestros alumnos en aquello, donde la enseñanza reglada básica no llega, y así, dar respuesta a las exigencias competenciales de la sociedad. En todo esto es clave el dialogo Familia-Escuela, a través de las tutorías, de los delegados de padres y sobre todo de las AMPA, que recogen las inquietudes de las familias en los colegios, de una forma más directa y más clara, (es necesario que esas inquietudes y esas preocupaciones lleguen a los equipos directivos para poder seguir avanzando hacia ese pacto educativo, que pasa por la comunicación entre administración, colegios y familias). En definitiva un proyecto que pone al alumno en el centro, y mira al futuro para proyectarlo a la sociedad que le toca conducir, una sociedad moderna, líquida, cambiante pero cimentada sobre los valores cristianos.

Sin duda porque los Colegios Diocesanos son “coles con alma, transformando la educación”

Desde los distintos ámbitos científicos, tecnológicos y sociales se apunta a un futuro cada vez más impredecible. Dicen los científicos que esta era en la que nos encontramos, se podría denominar Antropoceno (término acuñado por Paul Crutzen, Premio Nobel de Química en 1995) [1].  El Instituto Geológico Británico, apoya la afirmación de Crutzen, quien considera que, “la influencia del comportamiento humano sobre la Tierra ha sido tan importante, que constituye el principal factor de cambio, de una nueva era geológica. Esto implica que el ser humano tiene un control real sobre el planeta sin precedentes en la historia del mismo. Control, que abarca desde los factores físicos del planeta, modelando la fisionomía del mismo, hasta el control genético de especies y la creación de OGM (Organismos Genéticamente Modificados) y nuevas especies [2]. Mientras el Holoceno se caracteriza por ser un periodo de estabilidad, que ha permitido el desarrollo de nuestra especie hasta la actualidad. Este nuevo periodo del que hablamos se caracteriza por ser un periodo de cambios bruscos, inestables e impredecibles.”

Hablaba el sociólogo Zygmund Bauman [3] del concepto de modernidad líquida, que lleva implícito un futuro impredecible. Los acelerados cambios socioculturales, nos mantienen en una continua encrucijada en la que las capacidades adquiridas, no son herramientas que garanticen avanzar con éxito en un futuro que pasa por esa propiedad de los líquidos de adaptarse al recipiente que los contiene, continuamente dispuestos a cambiar la forma, para los fluidos cuenta más el espacio que el flujo del tiempo.

Por otro lado, no podemos obviar situaciones como la inversión económica e intelectual, en la idea pseudocientífica, de una humanidad posthumana, donde participan científicos de primera línea y reputados filósofos, y que abre el debate en torno a la cuestión: “Are you living in a computer simulation?” [4]

Sea como sea los avances tecnológicos, arrastran a un cambio de comportamiento social en el que las nuevas generaciones cada día pasan más tiempo en un mundo virtual, que está en construcccuión. La realidad virtual y la inteligencia artificial, son ya una realidad en nuestras aulas y pronto la tiza o el papel, serán conceptos que ya, el desuso distorsiona y más tarde el olvido los convertirá en abstractos. Somos conscientes de los tiempos que nos toca vivir, por eso el Proyecto Educativo [5] de los Colegios Diocesanos, herederos de una obra centenaria, sigue vivo, y agarrado a la misma barandilla, que nos acompaña al futuro, la de los valores y los dones; generosidad honestidad, alegría, responsabilidad, fe, esperanza,… haciendo compatible la innovación y el uso de las nuevas tecnologías con la austeridad, y haciendo de la excelencia un compromiso social.

 

Textos de apoyo y reseñas de interés:

1 Paul Crutzen https://www.biografiasyvidas.com/biografia/c/crutzen.htm

2 La era del hombre, National Geographic

3 Zigmunt Bauman http://www.lecturalia.com/autor/2331/zygmunt-bauman

4  https://www.bbvaopenmind.com/somos-una-simulacion/?utm_source=materia&utm_medium=Twitter&tipo=elabora

5 PEI Colegios Diocesanos https://drive.google.com/file/d/12g6S5TzRGqLjzd4ROFukG0VpPXrAV_fU/view