Blog

Lecciones desde Estonia

María Jesús Floriano [@mflorianog ].- El año pasado, sobre estas fechas, tuve el enorme privilegio de poder viajar a Finlandia y Estonia, con el objetivo de conocer de primera mano, dos de los sistemas educativos punteros en Europa (y a nivel mundial), de acuerdo al reconocido ranking del informe PISA, que mide competencias de los alumnos en las áreas de Ciencias, Matemáticas y comprensión lectora.

He de reconocer que inicié mi periplo con grandes expectativas y muy predispuesta en positivo, por todo lo que había leído y escuchado, sobre las excelencias de estos sistemas educativos, reforzadas por los buenos resultados (perfectamente objetivables) que sistemáticamente sus alumnos obtienen en estas pruebas.

Sin embargo, profundizar algo más en el conocimiento y análisis de los mismos, me permitió poner en valor algunas de estas ideas preconcebidas y extraer (con las limitaciones propias de la brevedad de la visita…) algunas reflexiones, que son el principal objeto de este texto.

Concretamente, centraré este artículo en el sistema educativo de Estonia, algo menos conocido que el de Finlandia, pero que lo ha superado en los últimos años tanto en evolución, como en valoración, en algunas de las competencias.  Como preámbulo necesario y para poder contextualizar el posterior análisis, aporto, a continuación, algunos datos de interés:

En términos de características de la estructura del sistema educativo, no se aprecian diferencias significativas:

  • La educación general en Estonia está dividida en:
    • Pre-school (0-7 años)
    • Basic school (grades 1- grades 9)
    • Upper-secondary school (grades 10-12)
  • Los niños empiezan la escuela a la edad de 7 años.
  • Los estudiantes pasan una media de 24,5 horas a la semana en las escuelas, que es menor que la mayoría de los países de la OCDE.
  • Se le da mucha importancia a la música en las escuelas.

Tampoco he percibido, desde la perspectiva de los distintos centros que hemos visitado, factores realmente diferenciales en términos metodológicos entre ambos sistemas educativos:

  • En los últimos años, España es un país puntero en el uso de nuevas metodologías innovadoras.
  • Como prueba tangible, las regiones de España con mejores calificaciones en el informe PISA, se acercan en valoración a los resultados obtenidos por estos países (¿qué están haciendo estas regiones mejor que las demás?).
  • Paulatinamente, en términos evolutivos, se está reduciendo la diferencia en resultados en las distintas competencias, incluso produciendo mejores resultados en algunas áreas.

Pero si no hay grandes diferencias en términos de concepción del sistema educativo o factores metodológicos, ¿qué hay detrás de los buenos resultados de los alumnos de Estonia (o Finlandia)?

La pregunta no resulta sencilla de contestar y sería pretencioso establecer, en base a una visita de tres días, las razones que justifican el “éxito” de estos países, pero sí me gustaría señalar algunos aspectos diferenciales que, a mi modo de entender, pueden ayudar a explicar el porqué:

  • Hay una estrategia claramente definida a medio-largo plazo: Los objetivos principales y estratégicos en educación, se han establecido en el Estonian Lifelong Learning Strategy del 2020 (aprobados por el gobierno en el año 2014). Como contraste en España hemos tenido modificaciones de calado en términos educativos (LOCE, LOMCE…) en los últimos años.
  • Las escuelas y los profesores tienen gran autonomía. Las escuelas tienen la libertad de dar forma a sus propios planes de estudios siguiendo las pautas establecidas en los planes de estudios nacionales.
  • La educación y los docentes está altamente bien valorados en la sociedad.
  • A raíz de la recesión, Estonia empezó a invertir en educación, como datos de referencia:
    • Los salarios de los profesores en Estonia han subido un 40% durante los últimos cinco años.
    • El coste por estudiante se ha incrementado en un 30% en el período de 2005 y 2012, como consecuencia de las mejoras introducidas en el sistema.
  • Las escuelas de Estonia ofrecen a sus estudiantes muchas posibilidades para participar en diferentes competiciones de ciencia, es decir promueven la motivación y el aprendizaje a través de la competitividad (bien entendida). En esta competencia, Estonia está en 3ª posición del ranking del informe PISA.

¿Sería posible “copiar” y aplicar estos aspectos puntos al sistema educativo español? Desde mi punto de vista: no a corto-medio plazo, siendo la principal razón la barrera que representan la idiosincrasia y la diferencia cultural que nos separa. Tanto Finlandia como Estonia han establecido unos sistemas educativos que se adaptan bien a su cultura y que no serían fácilmente extrapolables a España.

¿Significa esto que no podemos “exportar” nada de estos sistemas?

Por supuesto que no, sin duda tenemos muchas cosas que podemos aprender y mejorar (en realidad todos – especialmente las personas que trabajamos en el ámbito de la educación- tenemos el reto de mejora continua), pero – a mi modo de entender – deberíamos centrarnos, de forma realista y adaptada a nuestras características- en aspectos que puedan ser implementables en nuestra educativa.

En estos términos, mi “Top 3” de sugerencias, en este orden de prioridad, lo compondrían:

  1. Reforzar y mejorar la formación permanente del profesorado.
  2. La evaluación, centrada en el progreso de los alumnos.
  3. Autonomía del colegio-profesor-alumno.

Y para terminar, os ofrezco un “Quick Win”, una idea muy simple que nos comentó el director del colegio Mäntymäen Koulu (Helsinki) y me parece importante. Nos dijo que –para ellos- la clave para que todo funcione es (sic): “It’s all about TRUST”.  Es decir, CONFIANZA (con mayúsculas): las familias confían en los profesores y en el colegio, y a su vez, los profesores confían en las familias y en los alumnos (parece obvio, dado que los objetivos son comunes y están alineados…). Lo cierto es que parece que ¡funciona! Y ¡es gratis!

¿Nos atrevemos?