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Liderazgo sostenible para impulsar la innovación educativa

Juan Aguilar Trujillo [@JuanAguilarT].- La Fundación Victoria en su Plan Estratégico marcó las líneas prioritarias en cuanto al desarrollo de la Innovación Educativa en los colegios en estos años. Entre estás líneas se asume la implantación de nuevas metodologías, trabajo por proyectos, diseño del porfolio docente y el fomento de comunidades de aprendizaje. Todas estas metas se han impulsado en los últimos años por medio de la formación el profesorado en los centros, y en la actualidad se está concretando un Plan de Innovación Educativa para implementar en los colegios el cambio pedagógico para alcanzar una enseñanza de calidad e innovadora.

Impulsar este cambio pedagógico implica nuevas ideas y reflexiones sobre el liderazgo escolar, siendo un aspecto fundamental la sostenibilidad, es decir alcanzar metas a largo plazo de manera que éstas estén bien fundamentadas (Hargreaves y Fink, 2008); lo que nos lleva a impulsar un liderazgo sostenible en nuestros colegios.

Leía en twitter una aportación realizada en la mesa redonda del XV Congreso sobre innovación educativa de Project Zero (Pamplona, 26-27 de  octubre-2018):

«¿Cómo asegurar que el cambio educativo sea exitoso a largo plazo? @mmonika2025 comparte 4 claves:

  1. Un buen liderazgo
  2. Un alumnado y profesorado motivados
  3. Trabajar sobre la organización escolar y el currículo
  4. Facilitar la formación continua del profesorado» (@Educaixa)

En primer lugar, me llama la atención, porque en estos foros se reflexiona sobre experiencias y prácticas que posibilitan un cambio real en las escuelas y la transformación del aprendizaje es una realidad. Lo que nos debe llevar, como docentes de la Fundación Victoria, a la convicción de prepararnos bien para impulsar el cambio educativo en nuestras aulas, animando en todo momento las experiencias que se están realizando.

En segundo lugar, por la pregunta: «¿cómo asegurar que el cambio sea exitoso a largo plazo?» Ya nadie pone en duda la necesidad del cambio. Monserrat del Pozo (2016, p. 47) argumenta esta idea con mucha claridad:

«Teniendo en cuenta las constantes fuerzas del cambio, el colegio ha apostado por una nueva forma de educar, porque si el mundo ha cambiado, la educación no puede quedarse atrás, y debe ofrecer a cada alumno lo mejor para que pueda llegar  a ser la persona competente que está llamado a ser de acuerdo con sus posibilidades en el momento en el que le toque vivir.»

Y en tercer lugar, la claridad de las claves necesarias para asegurar el cambio educativo. Debemos reflexionar sobre estas claves pensando en la necesidad de proyectar nuestro trabajo con visión de futuro, de tal manera que nuestra manera de educar posibilite un aprendizaje que prepara a nuestros alumnos para afrontar sus vidas con ilusión y esperanza.

Está claro que cualquier cambio y transformación se tiene que generar a nivel estructural o de organización, a nivel ambiental creando una cultura escolar que propicie en los colegios la transformación y, por último y no menos importante, desde convicciones personales de todos los miembros de las comunidades educativas.

Reflexionamos sobre las cuatro claves enunciadas al principio:

Un buen liderazgo

Hargreaves y Fink (2008), nombrados anteriormente, hablan de liderazgo sostenible para el aprendizaje, es decir que perdure en el tiempo, ya que es fácil plantear cambios y realizar experiencias puntuales pero es muy difícil sostener los proyectos en el tiempo. Al mismo tiempo, para que sea un liderazgo sostenible precisa de la implicación de toda la comunidad educativa; es decir, es liderazgo compartido y asumido por todos desde el rol y funciones de cada persona. Esto nos lleva a plantearnos:

  • Cuando la Fundación Victoria elabora el Proyecto Educativo Institucional, y concreta en su Plan Estratégico la Misión-Visión-Valores, apuesta de forma decidida por un modelo de aprendizaje diseñado entre todos para avanzar en el futuro:

«Todos formamos la comunidad educativa y entre todos hemos de diseñar el camino por el que queremos avanzar hacia el futuro. En esta sociedad compleja en la que vivimos es necesario saber a quién servimos, qué podemos aportar, con qué estilo y hacia dónde nos dirigimos» (Catalá, p. 7).

El Patronato de la Fundación Victoria lidera asumiendo su responsabilidad, impulsa y anima el cambio educativo posibilitando que los equipos directivos y los profesores se formen y concreten en los colegios las líneas metodológicas y claves esenciales del aprendizaje. Y para ello, hay que seguir dedicando tiempo, recursos humanos, dinero y estar presente como institución en todos los foros y congresos educativos que se organizan.

  • El liderazgo de los equipos directivos es fundamental. Si no hay convicción, ¿qué lideran? Es necesario focalizar y estructurar bien el trabajo de los equipos directivos para priorizar lo esencial sobre lo superficial, de tal manera que tengamos siempre presentes los objetivos y metas que se quieren alcanzar.
  • Liderazgo de los docentes. Sí, a cada docente le toca liderar el trabajo de aula, el buen diseño de la buena clase, las acciones concretas y el buen desarrollo del aprendizaje. Lidera junto con otros y trabaja en equipo. Los profesores son líderes impregnados de responsabilidad al asumir un proyecto educativo vital y necesario para nuestros alumnos. Todo el personal de la Fundación asume este rol docente en las relaciones o acciones que se realizan con los alumnos (personal de administración y servicios y todos los monitores de las escuelas).

Alumnos  y profesores motivados

Un alumnado motivado porque le ofrecemos lo mejor de nosotros, porque sabemos llegar a sus necesidades e inquietudes y porque ofrecemos un aprendizaje significativo, activo y dinámico en el que se sienten partícipes y responsables. Los alumnos y alumnas de nuestros colegios se sentirán protagonistas en el proceso de aprendizaje en la medida que sabemos conectar con sus vidas e intereses y cuidamos su participación activa, de tal manera que el ámbito escolar les ayuda a tener experiencias intensas y vitales que les ayuda a crecer como personas solidarias, responsables y cristianas.

Para ello, necesitamos que nuestros profesores se crean lo que hacen y se sientan valorados por las familias, por la institución, por sus equipos directivos y por sus compañeros. Es fundamental que cada profesor se considere miembro activo de un equipo que trabaja buscando respuestas y reflexionando sobre cómo educar. El docente, nuestros maestros, ya no se puede conformar con seguir haciendo lo que ha hecho siempre; impulsa la búsqueda, la investigación y la autoformación.

Trabajar sobre la organización y el currículum

La organización tiene que estar al servicio del Proyecto Educativo, por lo que se demanda cambiar estilos y formar de organizar los colegios, nuestras reuniones y nuestros espacios. Para ello, necesitamos claridad sobre las metas y diseñar todo en función de lo que se pretende. Por otro lado, cómo diseñar el currículum de manera que responda a las expectativas de nuestro proyecto educativo, a los retos sociales y a nuestros alumnos.  ¿Tenemos en cuenta las indicaciones legales sobre evaluación, el aprendizaje basado en competencias claves y las metodologías que debemos desarrollar (pensamiento crítico, investigación, cooperativo, trabajo por proyectos,…)? Cuánto nos queda por avanzar como institución en este apartado.

Facilitar la formación continua del profesorado

Sigamos avanzando en los claustros posibilitando una formación continua que responda a las expectativas y necesidades vinculadas a las metas y objetivos del Proyecto Educativo de la Fundación Victoria. Al mismo tiempo, debemos crear una red de experiencias para enriquecernos de lo que hacemos en nuestros colegios y en otras realidades e instituciones. Hay que arriesgar si queremos seguir avanzando, sabiendo que cada experiencia se convierte en aprendizaje si reflexionamos sobre ella y somos capaces de mejorarla.

Termino con una reflexión de Paulo Freire en la que interpela a los educadores para analizar la realidad social. Que nuestro análisis sea acertado. No nos quedemos en la orilla mirando cómo evoluciona la sociedad pensando que lo que ocurre en ella no determina el aprendizaje de nuestros alumnos.

«En el esfuerzo por mantener viva la esperanza, indispensable para la alegría  en la escuela, las educadoras y educadores deberían analizar siempre las idas y venidas de la realidad social. Idas y venidas que permiten un mayor entendimiento de la esperanza» (Freire, 1997, p. 119).


Referencias bibliográficas:

  • CATALÁ, J. (2014). I Plan Estratégico 2014_2020. Málaga. Fundación Victoria.
  • FREIRE, P. (1997). A la sombra de este árbol. Barcelona. El Roure.
  • HARGREAVES, A. y FINK, D. (2008). El liderazgo sostenible. Siete principios para el liderazgo en centros educativos innovadores. Madrid. Morata.
  • DEL POZO, M. (2016). Aprender hoy y liderar mañana. Tekman Books.