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CORONAVIRUS. La Fundación Victoria responde con creatividad

La Diócesis de Málaga se hace eco en su web de la actividad de Fundación Victoria durante este periodo que atraviesa la población mundial.


Los colegios diocesanos y las escuelas de la Fundación Victoria afrontar el Estado de Alarma aumentando su actividad para superar la situación de confinamiento de sus alumnos.


La Fundación Victoria, obra educativa de la Diócesis de Málaga, cuenta en Málaga y provincia, además de Melilla, con 31 colegios y dos escuelas: una deportiva y una de idiomas. En ella, cursan estudios más de 8.000 alumnos que en esta situación provocada por el coronavirus, continúan su aprendizaje con métodos nuevos y mucha creatividad.

En el Colegio Virgen del Carmen, de Educación Infantil, hay matriculados 154 alumnos de entre 3 y 5 años, que acompañan en su proceso educativo seis profesores y la directora, Carolina Salido. En este tiempo de quedarse en casa, también ellos están invitados a seguir desde casa su formación. Como explica Lola Lamarca, una de las profesoras, «hemos planificado un trabajo general para estos días, consistente en mantener la actividad que desarrollan en el colegio, por ejemplo para los de cinco años, un rato de lectura, un copiado de lo leído, dos sumas y dos restas. Pero no es todo. A diario, les mandamos enlaces para trabajar manualidades y ejercicio físico, adaptado a sus edades». La actividad llega a los hogares de los alumnos por medio de los padres delegados de curso, que utilizan el WhatsApp para hacerlo llegar a todos. «Los profesores mantenemos nuestras reuniones mediante Hangouts, y algo que ha tenido mucho éxito: nos grabamos vídeos para que nos vean los alumnos. ¡Les ha encantado, así que les hemos pedido que nos envíen ellos vídeos también, dándoles así la oportunidad de que compartan con nosotros sus emociones al estar en casa, su rutina de estos días. Está siendo muy motivador», afirma Lamarca.

El Colegio Obispo San Patricio tiene 806 alumnos actualmente, repartidos en tres líneas de educación Primaria y Secundaria, más dos aulas de Educación Específica. Se encargan de la docencia un total de 66 profesores. Luis Merino es su director, y nos cuenta que «desde el primer momento, nos pusimos en contacto con los delegados y delegadas de clase, con el AMPA, para activar el método de enseñanza a distancia. El desafío al que tenemos que atender no es qué tienen que trabajar los alumnos en este tiempo, sino que la casuística es grande, hay alumnos que pueden contar con ayuda de sus padres, otros que no; alumnos que cuenta con entorno de trabajo y estudio idóneo, otros que no; alumnos con acceso fácil a las nuevas tecnologías, y otros que no. Y a todos ellos debemos atender. Hay muchas herramientas digitales, pero lo importante es qué objetivos planteas y cómo quieres conseguirlo. Nuestros profesores se están volcando en atender a todas las familias para dar soluciones a toda situación posible. Lo que deseamos es paliar la pérdida de hábito o rutina de estudio que pudiera provocar este tiempo de encierro en casa». La respuesta de las familias es excelente. «Ya desde que empezaron las noticias, han sido muy prudentes y han respetado nuestro trabajo en todo momento. Comprenden que es una situación nueva también para nosotros, y están colaborando mucho y muy agradecidos».

En la etapa de Secundaria y Bachillerato la Fundación cuenta entre otros con el Colegio Santa Rosa de Lima, donde también se estudia Formación Profesional Básica, y que ha puesto un especial empeño en el seguimiento de las clases de sus 580 alumnos, más aún para los de 2º de Bachillerato, unos 151, que están próximos a examinarse de la Selectividad. Como explica su directora, Natividad Cortés, «en todos los niveles, incluido 2º de bachillerato, se va a ir avanzando materia, poco a poco, teniendo en cuenta la carga lectiva semanal de cada materia. Por eso en las instrucciones dadas a los profesores se les ha dicho el número mínimo de veces a la semana que deben contactar con los alumnos, para secuenciar bien las clases y evitar caer en el error de mandar una tarea excesiva para hacer en poco tiempo. Sabemos que la selectividad se aplaza, pero no se suspende, así que si en todos los niveles es importante ir avanzado, aún lo es más en 2º de bachillerato». Los 14 alumnos de  2º curso de Formación Profesional Básica, a los que les quedaba apenas un mes de clases en el colegio, completada con la Formación en Centros de Trabajo (260 horas), tendrán que completar su formación en el colegio cuando se vuelva a la normalidad, según las últimas instrucciones recibidas. Como explica Cortés, «en cuanto a la escolarización, se ha activado la vía telemática para presentar las solicitudes y la suspensión del plazo de entrega, hasta nuevo aviso. También se les ha proporcionado un correo electrónico a través del cual se  resolverán las dudas que puedan surgir. Para los alumnos ya matriculados, cada tutor ha puesto en comunicación a padres y alumnos con los profesores por correo electrónico, y están usando la plataforma Classroom, entre otras, para seguir con el desarrollo de las actividades. Ya lo utilizábamos antes de esta situación, por lo que los alumnos están bastante familiarizados con su uso y las aulas virtuales permiten subir material (apuntes, vídeos, relaciones de ejercicios) a los alumnos y que ellos puedan también subir las tareas realizadas o preguntar dudas».

La Fundación Victoria cuenta además con dos escuelas: la deportiva y la de idiomas.
Miguel Cristobal Rueda es el director de la Escuela Deportiva, que cuenta en estos momentos con 1.400 alumnos, 69 profesionales y cuenta con actividades extraescolares de deportes colectivos (baloncesto, balonmano, futbol sala y voleibol) e individuales (gimnasia rítimica, patinaje, judo, natación y ajedrez).

Los alumnos empiezan con el pequedeporte, desde un año, pasando por la iniciación al deporte, de 3 a 5 años, y a partir de 6, con los deportes mencionados en sus centros educativos. «Actualmente estamos en 24 de los colegios diocesanos, explica Rueda, y contamos con la piscina de la Fundación, en Pedregalejo, abierta de lunes a domingo, con 711 usuarios que se reparten entre las distintas actividades, infantiles, para adultos o para toda la familia, con los servicios de fisioterapia, escuela de espalda, actividades aeróbicas, etc.» Además, la Escuela Deportiva cuenta con un Área de Salud junto al Centro de Rehabilitación médico-deportivo Pérez-Frías, en la que se ofrece actividades de Pilates, Yoga, Hybrid y entrenamiento funcional para personal y familias de la Fundación y de fuera, entre otras actividades. Su director explica que, con la cuarentena, la Escuela Deportiva de la Fundación Victoria está ofreciendo a las familias la posibilidad de tener sesiones gratuitas de entrenamiento personal y funcional por nuestros profesionales, de 3 a 10 minutos, con desarrollo posterior en casa, de modo escalonado para favorecer la actividad física en casa. «Para nuestros jugadores estamos desarrollando una serie de campañas en las que están participando de modo activo, con pequeños retos y actividades, con sus deportes y equipaciones, para hacer en familia con el lema #Quedateencasa, de modo que nos hagan llegar sus progresos y superar así juntos la crisis en que nos encontramos» -explica Miguel Cristóbal-. Los alumnos y las familias nos expresan sus muchas ganas de retomar la actividad presencial de la Escuela Deportiva, las competiciones, seguir en contacto con nuestros monitores, y en esta situación en casa, están demostrando que son capaces de mantenerla actividad física de modo organizado y eficaz, lo que nos demuestra que el método está calando en sus vidas. En cuanto esto pase, retomaremos nuestras actividades y pondremos fecha a los eventos que se han tenido que posponer», concluye.

Por su parte, la Escuela de Idiomas Foovy ronda los 1.600 alumnos y un equipo de unos sesenta docentes en toda la provincia de Málaga. La mayoría de sus alumnos, desde los 2 años hasta la edad adulta, provienen de colegios diocesanos, pero también los hay de otros centros educativos. Las clases, que habitualmente se desarrollan en los colegios de la Fundación y en parroquias de zonas como Los Rubios, Ardales y Torre del Mar, se realizan ahora a través de las nuevas tecnologías.

Lola Rando, su directora, afirma que «estamos aprendiendo mucho de la situación, porque aunque tenemos actividades virtuales todo el año, este escenario es nuevo. Efectivamente Foovy viene ofreciendo desde hace tiempo tutoriales de inglés en abierto en Internet, la serie de producción propia “Foovywood Road”, un proyecto con una andadura larga, siguiendo el método de clase invertida,  que ofrece en Youtube la posibilidad visionar los capítulos en casa y que son posteriormente trabajados con unidades didácticas específicas, en este tiempo de enseñanza a distancia obligada, están trabajando por la plataforma “Classroom”. «Algunos alumnos están empezando a usar este método, y cada uno va adaptándose según su situación. Los que se preparan para una acreditación, por ejemplo, reciben actividades para seguir participando en la enseñanza, que luego los profesores evalúan y devuelven para continuar aprendiendo», cuenta la directora.

No se trata de cargar de tareas a los alumnos, sino de ofrecerles un material atractivo para ellos, que les motive y les haga no interrumpir su proceso de aprendizaje. Hay que felicitarlos a todos, también a los docentes, por cómo se están haciendo cargo de la situación y han asumido esta nueva forma de enseñanza», añade Rando.

Pero la Fundación Victoria no es solo una entidad que educa las capacidades de aprendizaje convencional, sino que educa en valores. Para ello cuenta con los Grupos Santa María de la Victoria (SMV), que están formados por alumnos y alumnas, monitores y parte del profesorado de los colegios diocesanos. En ellos participan alrededor de 600 alumnos y unos 70 animadores o acompañantes, que deciden dar un pasito más en su camino de fe, para conocer más a Jesús y su misión en el mundo. José Agustín Ortega es su coordinador, y explica que, en el desarrollo normal de los grupos durante el curso, «la actividad se desarrolla principalmente los martes de cada semana, en la que profesores y alumnos comparten el almuerzo y disfrutan de una sesión de dinámicas, juegos, reflexión y oración. La actividad está propuesta desde el alumnado de 3º de primaria hasta los últimos cursos de bachillerato, existiendo además grupos de antiguos alumnos que prestan su servicio como ayudantes o aprendices de monitores de campamentos, o en tareas diversas de voluntariado. Cada colegio organiza sus Grupos SMV según sus características particulares, y se coordina con los delegados de Pastoral de los centros para desarrollar tareas que aúnen esfuerzos y potencien el trabajo pastoral escuela-familia. Cada cierto tiempo compartimos experiencias en convivencias por etapas, además de promover la participación en las actividades diocesanas».

Actualmente, la actividad presencial de los grupos SMV ha sido cancelada debido al Estado de Alarma, pero los grupos siguen adelante. «Somos conscientes de la importancia de ser ahora germen de esperanza y solidaridad. Por eso, aprovechando la actividad virtual docente y el uso de las redes, generamos una plataforma para compartir cómo vivimos los distintos valores-virtudes del evangelio en nuestro cada día. Nos sumamos a las iniciativas solidarias y las canalizamos a través de las redes, compartiendo nuestras experiencias y reflexiones mediante “Classroom”, proponiendo retos y desafíos para el día a día. Desde Twitter, Facebook o Instagram, se compartirán los frutos de este encuentro, regalos de positividad para el mundo», explica Ortega.