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Marco Frisina: “Málaga vive de un modo vibrante la Pasión del Señor”

El compositor italiano y director del Coro de Roma, Marco Frisina, estrenará los días 27 y 28 de abril un oratorio en el Teatro Cervantes con la participación de la Orquesta Filarmónica de Málaga, la Coral Cármina Nova, la Escolanía del Monasterio de San Lorenzo del Escorial y 80 niños cantores de escolanías malagueñas.

“El evangelista, que en el caso de Málaga estará interpretado por Antonio Banderas, cambiará en la adaptación de la obra a los diferentes idiomas”

El oratorio “Passio Christi” está enmarcado dentro de la celebración del 25 aniversario de la Fundación Victoria, obra educativa de la Diócesis de Málaga que cuenta con 31 colegios y más de 7.000 alumnos, que organiza estos conciertos con la colaboración del Ayuntamiento de Málaga.

Ha elegido Málaga para presentar el estreno mundial de este oratorio “Passio Christi”. ¿Por qué?

– He elegido la cuidad de Málaga porque me parece una ciudad ideal por su particular inclinación a vivir de un modo tan especial y tan vibrante la Pasión del Señor. Me parece que Andalucía es una tierra diferente a las demás por el modo en el que vive el sufrimiento y esta forma de vivir y afrontar el sufrimiento, la sensibiliza de una manera especial para vivir de esta manera tan particular y especial la Pasión del señor que no es otra cosa que el sufrimiento de Dios que se hace hombre.

En su amplia carrera, ¿qué lugar ocupa esta obra?

– Es un momento muy bello y especial en mi carrera y no es el único oratorio que he compuesto, he compuesto otros oratorios como el Cantar de los Cantares que no habla de otra cosa que del amor, del amor de la esposa que no es otra que la Iglesia, hacia Cristo y otras tantas obras, como otra del Apocalipsis, de un especial calado, incluso musicales. Pero ciertamente esta obra la considero como una obra de madurez, que llega en un momento de mi vida muy especial, incluso con una cierta edad, en la que he querido resumir tantas cosas, muy focalizadas en lo que yo a estas alturas de mi vida considero fundamental, principal, ineludible, no solo en mi vida sino incluso en mi ministerio sacerdotal, del que la música no ha sido más que un vehículo para poder llegar a tanta gente.

¿Qué narra este oratorio?

– El relato de la Pasión no es más que un relato convencional, como lo son tantas otras pasiones que se han escrito a lo largo de la historia de la música. Si bien esta Pasión que he escrito tiene una particularidad, la acción se interrumpe, o por personajes principales como son Cristo y María, sino por personajes secundarios que cantando en diversas lenguas del mundo, en inglés, en ruso, en español o en francés, para mostrar la universalidad del dolor que Cristo asume con su redención. Esos personajes secundarios interrumpen la acción y nos permiten ver cómo se sitúan en lo que esta ocurriendo, es decir, gente ajena cultural y psicológicamente a lo que está ocurriendo, como puede ser el cirineo, que era un norteafricano, como puede ser Longinos, que era un soldado romano. Para eso he cogido textos de diferentes tradiciones literarias.

¿Corremos el riesgo de vivir la Pasión de Cristo, y sus representaciones en Semana Santa o en este oratorio, como algo ajeno a nosotros? ¿Puede ayudarnos la obra a sentirlo cercano?

– No solo celebramos la Pasión cada año como una conmemoración, sino que vivir la Pasión, vivir el sufrimiento del hombre lo hacemos a diario, no en vano hace poco hemos tenido una oportunidad terrible, la tragedia del pequeño Gabriel de Almería. Esto lo que nos demuestra es hasta qué punto el dolor ha sensibilizado una nación entera, y esto nos hace caer en la cuenta de que Dios con la encarnación, Cristo con la Pasión hace suyo el dolor del hombre, lo redime y a nosotros nos hace hermanos de Dios precisamente a través del dolor. Por lo tanto, no es una celebración anual, no es una conmemoración anual, sino que el dolor humano es un misterio que se vive a diario, pero que adquiere su verdadera dimensión cuando se contempla a través del misterio de la redención y de la encarnación.

¿Qué puede decirnos de las voces que le van a dar vida?

– Más allá del propio protagonista de la Pasión, que evidentemente es el Señor, y de su madre la Virgen María. Con los personajes he pretendido (no sólo con los textos sino también con la música) manifestar, hacer patente el modo en el que esos personajes se sitúan ante la Pasión. Por ejemplo, con la misma Virgen María, que canta a final un aria, en la cual recrea el propio parto. Cuando asume, cuando recibe al cuerpo de su hijo muerto en los brazos es como si fuera un segundo parto, da a luz a la humanidad entera que sufre reasumida en el cuerpo de su hijo que ha dado la vida hasta el final, de hecho musicalmente se manifiesta con un grito, la Virgen grita porque el dolor de un parto no es literatura es algo bien real. Pero luego, por ejemplo, esta otro tipo de amor que no es el maternal, que es el de María Magdalena, un amor más humano si se quiere pero también más místico, un amor que transciende lo que nosotros podamos entender, de hecho este carácter paradigmático del amor de María Magdalena hacia Cristo lo manifiesto a través de este aria con texto en francés de Santa Teresa de Lisieux. Sucede justo después de la escena de la flagelación (en la que incluso musicalmente se escuchan los cuarenta golpes menos uno de la ley romana), justo cuando a Jesús lo llevan de nuevo a Pilato, destrozado, puesto que los soldados se habían cebado con él, porque sí cumplieron la ley con los 39 golpes pero luego hicieron cosas que no estaban previstas, como la corona de espinas, la caña, el manto… Justo cuando aparece el Señor desfigurado, el Señor totalmente destrozado, hecho un amasijo de carne, la Magdalena canta un aria al rostro del Señor y lo describe como el más bello de entre los hombres. Y es la mejor forma de manifestar este carácter contradictorio, cómo se puede cantar a la belleza de un rostro que acaban de destrozar a latigazo puro.

En el Cirineo he querido resumir el mundo de la inmigración, de la marginación, el mundo negro, si se quiere, puesto que el Cirineo como Norteafricano era de piel negra. Por eso he cogido un poema en el que se dice textualmente, “he portado la cruz sobre mi piel negra” y muestra esta situación de tanta gente inocente que debe portar la cruz por obligación. De hecho el Cirineo dice “¿Por qué si nunca me hablo? ¿Por qué tengo que cargar una cruz sobre mi piel negra?” Y luego al final del texto dice “lo he hecho porque me ha mirado. Mucha gente hace viajes muy largos para encontrar una mirada así y yo la he encontrado sin buscarla y solo lo he hecho por él, lo he hecho porque Cristo me ha mirado”.

En el caso de Judas y Pedro, ambos cantan su propia traición, puesto que los dos siendo discípulos del Señor, cada uno a su modo lo traicionó. Sin embargo, se sitúan de una forma distinta ante el perdón que les ofrece Jesús. Pedro lo asume y dice “hazme regresar y yo regresaré” porque se siente perdonado no sin dolor, en cambio Judas considera que para él no existe perdón, no se deja perdonar, considera que su culpa no tiene ningún tipo de redención y por eso él mismo se aboca al final que todos conocemos. Por otra parte, Longinos, soldado romano, quién sabe cuántas veces ha podido matar sin pensar demasiado lo que vale la vida de un hombre, cuando ve el cuerpo de Cristo muerto, suspendido de la cruz, ve en él (como dice el texto de Unamuno que pone música precisamente a éste aria de tenor), “el cordero blanco del Señor” y considera y termina cantando en este aria que cuando llegue el momento de su muerte le gustaría tener en los ojos esa mirada inocente.

La parte de los ángeles, en esta obra los he tratado como si fueran un personaje más, aunque es un personaje colectivo, puesto que para el estreno contaremos con un ejército celestial de 100 voces con los niños de la Escolanía de la Real Basílica del Monasterio del Escorial, la Escolanía de la parroquia del Corpus de Málaga y la Escolanía del Colegio de las Chapas de Marbella. Este ejército celestial de ángeles que cantarán en griego y en latín, las lenguas oficiales o tradicionales de la liturgia en la Iglesia, nos muestran no el lado de un personaje humano si no el punto de vista del lado divino del asunto y hasta en cinco ocasiones interrumpirán la obra para mostrar la opinión que el Cielo tiene de todo eso o incluso la caricia de Dios, el consuelo de Dios a su hijo que está sufriendo, por eso los ángeles cantarán Kyrie Eleison justo en el momento en el que Judas se acerca al Señor para besarle y traicionarlo. Los niños cantarán los improperios del Viernes Santo en el momento de la crucifixión y así hasta en cinco ocasiones en el que el cielo, los ángeles, que normalmente asisten impávidos a una tragedia (muchas veces pongo el ejemplo de ese niño que ha presenciado un accidente terrible y queda totalmente sin palabras, queda bloqueado, traumatizado) esta vez no, sino que reaccionan poniendo en música unos textos bellísimos de la tradición litúrgica de la Iglesia que nos hacen ver cual es la visión divina del asunto.

¿Después del estreno de Málaga, hay próximas escalas ya previstas del Oratorio?

– Cuando hemos puesto en marcha este proyecto no sabíamos a dónde podía llegar la barca que ahora estamos fletando. Se va a estrenar solo en la versión musical, en la versión oratorio que se dice en los términos técnico-musical. Y de momento no está planeado representarlo más que en Málaga, si bien está claro que tarde o temprano lo haremos en Roma. Lo que sí es verdad es que la obra se va a grabar y con los medios actuales puede llegar al último rincón de la tierra. De hecho, la obra se va grabar tal cual pero las intervenciones del narrador, del evangelista, que en el caso del estreno estará interpretado por el actor malagueño Antonio Banderas, cambiará y se hará en diferentes idiomas en italiano, ingles, para que la música y la orquesta sean la misma pero las intervenciones del evangelista sea en diversas lenguas y pueda llegar a todo rincón de la tierra donde mi música pueda ser acogida y recibida.

Las entradas para el concierto ya pueden adquirirse a través de la web en las propias taquillas del Teatro Cervantes, con precios entre los 15 y los 40 euros.