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El valor de la oración en nuestro mundo

OrandoLa Palabra en el silencio. Escuchar a Dios en la vida contemplativa” es el lema elegido este año por la Conferencia Episcopal Española para la Jornada Pro Orantibus, un día en el que se nos invita a orar por los religiosos y las religiosas de vida contemplativa, como reconocimiento, estima y gratitud por su vida y por la rica aportación espiritual de sus miembros a la Iglesia.

También es un día para dar a conocer la vocación específicamente contemplativa, siempre actual y necesaria en la Iglesia.

Sí, actual, porque la oración no pasa de moda. En palabras de Ildefonso López, visitador de las monjas de clausura, “la oración no está suficientemente valorada, según pienso; sin embargo ‘ la utilidad de la oración’ es extraordinaria.

 

Nos sirve para mantener nuestras relaciones filiales con Dios, crecer y madurar en la fe, ser más sensibles a los problemas y dificultades de los hombres de nuestro mundo, y abrirnos más generosamente a la acción de Dios en nuestravida”.

Religiosas Capuchinas, Carmelitas Descalzas, Carmelitas Calzadas, Cistercienses, Clarisas, Dominicas, Franciscanas Clarisas Descalzas, Orden Mercedaria y Orden Mínima evangelizan en la diócesis con su oración diaria. Son 22 las comunidades religiosas de vida contemplativa, a quienes felicitamos hoy, de forma especial, pues celebramos la Jornada Pro Orantibus.

En nuestra diócesis no existe ninguna comunidad contemplativa masculina, y en los últimos diez años se han cerrado dos conventos femeninos: las Agustinas de Antequera y las Dominicas de Málaga; pero estos datos no son alarmantes. Según Ildefonso López, “el número de vocaciones a la vida contemplativa, lo mismo que a la vida sacerdotal, ha descendido. Pero no creo que hoy el Señor llame a menos jóvenes a que se consagren a Él en la vida religiosa o en el ministerio sacerdotal. Si echamos una mirada a España, el número de religiosas en nuestros monasterios ha descendido, no obstante hay algunas comunidades con abundantes vocaciones. Por ejemplo, las Clarisas Franciscanas de Lerma, las Dominicas de Valladolid, las Carmelitas de Getafe. En nuestra diócesis hay que destacar los conventos de las Clarisas de Antequera, las Carmelitas Descalzas de Antequera y las Carmelitas Calzadas de Cañete la Real, que tienen un número muy aceptable de religiosas”.

Un visitador de monjas de clausura tiene varias misiones: presidir los actos de elección de las abadesas, prioras o superioras; compartir o hacerse presente en los conventos cuando lo llaman para tratar algunos asuntos de interés, y ayudar siempre que las religiosas lo pidan”. Ésa es la misión de Ildefonso que nos dice que, ante esta situación, no tenemos que lamentarnos, sino que tenemos que seguir orando para que la llamada de Dios sea acogida y aceptada, porque Dios sigue llamando.

Pocos conocen en qué consiste la vida contemplativa, y muchos piensan que la oración no tiene actualidad. En este sentido, Ildefonso afirma que “el testimonio de estas hermanas, que con su estilo peculiar de vida alejada del mundo pero sin renegar de él, están dispuestas a ayudar al mundo con sus oraciones, renuncias y austeridad de vida, es un gran valor. Lo han dejado todo para consagrarse a Dios, viviendo con gozo en obediencia, castidad y pobreza en favor de los hermanos y como una llamada a nuestro mundo, a la sensatez, a compartir y a amar”.

En un mundo en el que todo lo medimos por su utilidad, la oración no parece tener cabida. Ildefonso opina, sin embargo, que “la utilidad de la oración es extraordinaria. Nos sirve para mantener nuestras relaciones filiales con Dios, crecer y madurar en la fe, ser más sensibles a los problemas y dificultades de los hombres de nuestro mundo y abrirnos más generosamente a la acción de Dios en nuestra vida”.