
«Educando en Familia. Llamados a educar evangelizando». Lema pastoral del curso 2025-2026
La Fundación Diocesana de Enseñanza Santa María de la Victoria tiene como misión principal evangelizar educando. Nuestra identidad cristiana y nuestro compromiso pastoral y educativo nos impulsan a seguir anunciando a Jesucristo como el centro de toda acción formativa, sabiendo que educar en nuestros centros es también una forma concreta de vivir y compartir la fe.
Para el curso 2025-2026, el lema que acompaña nuestra acción educativa y pastoral será: «Educando en Familia. Llamados a educar evangelizando». Este lema nace del convencimiento de que evangelizar es mucho más que transmitir ideas: es transformar la vida con el testimonio, es hacer presente el Reino de Dios en cada aula, en cada patio, en cada gesto cotidiano. Evangelizar es educar desde el corazón, con una mirada cristiana que abrace a toda la comunidad educativa: alumnado, familias, profesorado y personal de nuestros centros.
La Iglesia nos recuerda, en palabras de Evangelii nuntiandi, que evangelizar significa llevar la Buena Nueva a todos los ambientes de la humanidad, transformando desde dentro y renovando a la persona entera. Este reto es especialmente importante en el ámbito educativo, donde cada encuentro se convierte en una oportunidad para sembrar el Evangelio.
Así, conscientes de que formamos parte de una gran familia —la familia Fundación Victoria—, y que educar es una vocación, asumimos con alegría nuestra llamada a educar evangelizando, es decir, a formar personas desde los valores del Evangelio: el amor, la solidaridad, la paz, la justicia, el respeto a la creación, la escucha, el perdón…
Porque creemos en una educación integral, que llega al corazón y que prepara para la vida, no sólo con conocimientos, sino con sentido.
El cartel que acompañará este curso representa esa vocación compartida por todos los miembros de nuestra comunidad educativa. Cada mes nos ayudará a descubrir cómo evangelizar desde ámbitos concretos: cuidando la creación, anunciando el Evangelio, viviendo en santidad, acogiendo a Jesús, construyendo la paz, ayudando a los demás, caminando en conversión, celebrando la Resurrección, caminando con María o siendo luz en el mundo. Son dimensiones distintas pero complementarias de una única misión: formar discípulos misioneros, capaces de transformar el mundo desde la escuela y en familia.
Educamos evangelizando porque creemos que no hay mejor herencia que ofrecer a nuestros niños y jóvenes que la fe vivida con coherencia, alegría y esperanza. Lo hacemos en comunión con la Iglesia, guiados por el Espíritu Santo, acompañados por María, nuestra titular, y desde el carisma fundacional que da sentido a nuestra vocación educativa.
Este curso, más que nunca, nos sentimos llamados a ser testigos del Evangelio en la escuela. Y respondemos con disponibilidad, compromiso y entusiasmo. Porque sabemos que cuando educamos evangelizando, estamos construyendo un mundo más humano, más fraterno, más cristiano.
