«Las constantes vitales de la Fundación son inmejorables»

Trabajador incansable, en la actualidad sigue ejerciendo como abogado. Es el encargado de abrir el II Congreso “Educando en familia” que se celebrará el próximo día 15 de mayo en el Teatro Cervantes.
–¿Qué supone para usted abrir el Congreso con una lección inaugural en el Teatro Cervantes de Málaga?
–Es un gran honor. Doy gracias a Dios en primer lugar por haberme permitido estar y trabajar en esta institución y también a D. Jesús Catalá, el obispo de Málaga, y a los miembros del Patronato por haber confiado en mí para esta lección inaugural. Por supuesto es un reto y es un orgullo que sea en un lugar tan emblemático como es el Teatro Cervantes al ser el sitio de los grandes acontecimientos urbanos. Hay que recordar y agradecerle al entonces delegado de Enseñanza y Catequesis y director de los Patronatos, García Mota, su esfuerzo ímprobo por adecuar todos los colegios a las exigencias del desarrollo de la Constitución. En aquella época, como maestro y abogado realizaba mi tesis doctoral sobre el Patronato Diocesano, la creación de esta Fundación nace de esa tesis, por lo que tengo la satisfacción de ser profeta en mi tierra. Para ello conté con el apoyo del D. Ramón Buxarráis y D. Fernando Sebastián
–¿Cuál es el estado de salud de la Fundación Diocesana Santa María de la Victoria en la actualidad?
–Goza de buena salud gracias a Dios. Las constantes vitales de la Fundación son inmejorables, al tener 20 años es como un joven con esta edad, que está lleno de vitalidad. Cuenta con un potencial enorme de desarrollo, de creatividad, de ilusión, de esperanza.
–¿Cómo se va adaptando la educación de la Fundación a los nuevos tiempos?
–La educación es un proceso continuo. Empieza desde que somos concebidos en el seno materno y la última lección la recibimos el día que morimos. Todos tenemos que ir reciclándonos. La Fundación se tiene que ir adaptando a las nuevas exigencias para hacerle ver a la gente que se puede educar en libertad, para que se pueda saber elegir y discernir, ya que en este mundo es muy fácil redireccionar y educando se evita y se obtienen herramientas para afrontar nuevas situaciones. Eso es lo que decía el Cardenal Herrera Oria: a las personas no hay sólo que darles pan sino enseñarles cómo se hace.
–¿Cuál es el futuro de la Fundación?
–La Fundación es una institución en construcción y su futuro es halagüeño, llegará donde quiera llegar al tener un patronato muy comprometido, con personas al frente como José Sánchez, su vicepresidente, al igual que el resto de los patronos.
–¿Qué diferencia a la educación que se imparte en la Fundación a la que se recibe en otros centros? ¿Por qué deben llevar los padres a sus hijos a los colegios de esta institución?
–El éxito de nuestra pedagogía es que está fundada en el Humanismo Cristiano, que impregna todas las materias, gracias al talante de los profesores, su cercanía y testimonio. Esta es la clave, el Evangelio siempre desde la propuesta y la libertad y no desde la imposición. Esto le exige al profesorado un plus más y eso llega a los padres.
–¿Dónde radica la importancia del Congreso? ¿A qué conclusiones se debería llegar?
–La institución decidió que cada diez años se celebrara con un congreso para pararnos y revisarnos. Debe servir para seguir adaptándose y para tener muy en cuenta las claves de las gentes. Por eso agradecemos que el profesorado colabore de una forma muy importante, porque eso nos ayuda a todos a construir.
–¿Se ha notado en la Fundación la llegada de D. Jesús Catalá a Málaga?
–Sí, primero como pastor y sobre todo porque es pedagogo por vocación. Da gusto, porque conoce la Fundación, los colegios y porque sabe reconocer y ver el trabajo y el esfuerzo que se hace día a día.