Mi desierto
Señor, hago cosas sin saber muy bien por qué.
Me siento arrastrado por otros y mi opinión, a veces, cuenta poco.
Quizá es porque no tengo la casa bien amueblada
y me dejo tentar.
¿Quién me empuja, Señor y me arrastra a no ser yo mismo?
¿Quién me tienta a hacer cosas que no quiero?
Quiero, Señor, experimentar un poquito de soledad y escuchar lo que en
mí buscas.
Ayúdame, Señor, a llegar a ti.
Ayúdame, Señor, a salir de mí mismo.
Ayúdame, Señor, a volcarme en lo que tengo dentro.
Ayúdame, Señor, a caminar de tu mano y creer en ti.
Amén.