Nada más llegar de Roma dejamos las maletas y cogimos las mochilas para participar en el Encuentro Diocesano de Juventud.
Todo se inició el Sábado con una peregrinación desde la Estación de Cortes hasta Ronda. Fue un momento bello, duro y profundamente comunitario que animó todo el fin de semana. Después llegó la cena y la velada, y la noche, de poco descanso, pero que también ayudó a vivir el lema del Encuentro.