Participación de Fundación en los actos de la Cruz e Icono de la JMJ
De inolvidable podríamos calificar la jornada vivida el pasado Domingo día 8 de Mayo. La Cruz del Papa y el Icono de Nuestra Señora, regalos ambos del beato Juan Pablo II a los jóvenes del mundo, fueron trasladados desde el Real Santuario de Nuestra Señora de la Victoria, hasta el primer Templo de la Ciudad, por miles de jóvenes.
Desde primeras horas de la mañana, los jóvenes fueron ocupando toda la gran plaza del Santuario, entre ellos, los alumnos de la Fundación, junto a sus profesores y familiares. En un ambiente de fiesta y alegría nos pusimos en la presencia del Señor, los cantos y las oraciones nos ayudaron a prepararnos para lo que estaba a punto de ocurrir. Entre vítores y aplausos aparecieron en la plaza la Cruz y el Icono.
Con ellos, iniciamos el camino hacia la Catedral, por el camino nos esperaban gratas sorpresas y un “ambientazo” contagioso (es lo que tienen los más jóvenes que todo lo inundan de alegría sincera).
Las paradas ante las imágenes de la Virgen del Rocío, Virgen de Gracia, Nuestro Padre Jesús “El Rico” y el Coronado de Espinas, sirvieron para ir jalonando una peregrinación donde la Virgen María fue nuestra guía, nuestro modelo. Pudimos cantar la salve rociera, bañarnos con papelillos con los colores pontificios, recibir entre aroma de romero, la Bendición de “El Rico”, y elevar hasta el cielo nuestra gratitud en forma de globos blancos y amarillos. Las bandas de la Esperanza, la Expiración y el Cautivo pusieron el contrapunto musical a esta marcha alegre y multitudinaria.
Pero tenemos que señalar un momento singular. La Cruz pudo ser portada por alumnos y profesores de la Fundación desde el Cine Albéniz, hasta la Casa Hermandad de la Cofradía de los Estudiantes. Las caras reflejaban asombro, ilusión, alegría, … Un sentimiento único de ser partícipes de una realidad que tendrá su culmen en Madrid, en el mes de Agosto, durante la celebración de la JMJ.
Y tras la experiencia gozosa del caminar junto a la Cruz, Jesús se hizo presente en la celebración eucarística que tuvo lugar en la Catedral, presidida por nuestro querido obispo, D. Jesús. No cabía nadie más en la Basílica de Nuestra Señora de la Encarnación. Que emoción recibir a Cristo resucitado hecho alimento para nuestras vidas. Que emoción sabernos eslabón de una cadena de fe y compromiso. Que emoción despedir a la Cruz y al Icono en el puerto de Málaga rumbo a Motril.
Pero no había terminado el día. La XXIV jornada diocesana de la juventud tuvo un fin de fiesta apoteósico en el Cortijo de Torres, en el Auditorio Municipal. …
Qué gozo contemplar a nuestros jóvenes, como una realidad más de la Diócesis, ¡y que realidad!
Qué gozo ver a nuestro querido obispo “marcándose” unos pasitos tanto en la plaza del santuario, como en el Auditorio Municipal, como un joven más (que lo es).
Qué gozo haber podido ser testigo de esta inovildable jornada de fe y optimista esperanza, como i8ntegrante de la Fundación Diocesana de Enseñanza Santa María de la Victoria.
Ante tanto gozo sólo podemos decir: ¡Gracias Señor por todo lo que nos das! Ayúdame a compartirlo con mis hermanos. Hazme un instrumento fiel para que pueda llevar tu mensaje a cuantos me rodean.
Y cómo no: ¡nos vemos en Madrid!
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